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El café en el restaurante: Un mal café estropea una buena comida.

Compartiendo postre y café en el restaurante.

Un buen café es innegociable en la restauración

La idea de escribir este post sobre la presencia del café en el restaurante  nace de una conversación informal con un amigo una fría mañana de Sábado tomando un café.

El fondo reflexionar sobre la importancia del café para aquellos que lo amamos de que el café sea de calidad.
 
Una excelente comida en el mejor de los restaurantes se ve eclipsada si el último recuerdo que nos queda de ella es un café pésimo, mal preparado o lo que no se si es peor de baja calidad,
 
Vamos a dejar el nombre original de Manuel por no ser de los raros en este país. 
 
Os contaré lo ocurrido el domingo del fin de semana anterior a mi amigo Manuel.
 
Manuel salió a comer con su familia a un restaurante en un pueblo marinero relativamente cerca de la ciudad donde vive.
 
No viene al caso dar el nombre del restaurante, ya que no se trata de hacer escarnio de uno, sino reflexión de todos los restaurantes que actúan con el café de la misma forma. 
Lo que voy a contar ocurre en cientos de restaurantes a lo largo y ancho de todo el España.
 
Eligió un local a unos kilometros de su ciudad, para más señas cerca del mar, en una mesa muy bien presentada, con vistas para mayor disfrute de la comida, con un servicio y una atención espléndida.
 
Deportista como es eligió un primero frugal, una ensalada, que resulto estar muy bien preparada, y siguió con un pescado, imagino que por la situación marinera del restaurante le inspiró comer pescado y no un chuletón de buey, esto como podéis suponer son pensamientos míos.
 
Amante de los buenos vinos pidió un blanco que conocía, y que estaba perfecto de aroma y sabor, con lo que se puede decir que estaba disfrutando de la comida en familia.
Mesas preparadas  en un restaurante

¿Pero que pensáis que paso al final de la comida  cuando COMO TODO AMANTE DEL CAFÉ  PIDIó SU TAZA DE CAFÉ?

 
Andará alguno pensando que le pusieron la cuenta y se esfumo su felicidad, no amigo ni siquiera eso fallo, para la calidad, el servicio y el ambiente del restaurante el coste no fue excesivo, incluso lo califico como económico para lo que había tomado.

¿Qué falló entonces? .... el café en el restaurante.

Como el que os escribe mi buen amigo Manuel se quejaba amargamente de que le fastidiaron la comida con un café intragable, terroso, mucho más amargo que ácido, y con un cierto toque a quemado que le dejo encima mal cuerpo para toda la tarde.
 
¿Por qué os cuento esto?
 
Por que a mi también me pasa en ocasiones, y a los que amamos el café, nuestro café después de comer es sagrado. Si eres hostelero toma nota de lo que te digo no es una cuestión menor.
 
Yo no se tú pero yo en casa o en el restaurante siempre tomo un café despues de comer.
 
No creo que os sorprenda que os diga que me enfada enormemente que no este a la altura del resto de los productos que  nos ponen en la mesa.
 
Enfadar al cliente on un mal café no es la mejor idea.
Hasta ese día a finales de la semana pasada pensaba que era un bicho raro, un poco obsesionado con el café. De acuerdo lo soy, pero tened en cuenta que no soy el único.
 
A raíz de esta conversación, y sin querer pretender que los cuatro o cinco amigos con los que he hablado me han confirmado la sospecha, a muchos de ellos también les fastidia que le sivan un mal café en un restaurante después de comer.
 
Y no solo en los restaurantes de más lujo a los que vas cuando te das un capricho, sino en los de menú en los que comes por obligaciones de trabajo, igualmente valoraban muy positiviamente que el café fuese de calidad.
 
No estoy diciendo que sean mayoría los que tienen el defecto de poner un mal café. 
 
Son legión los restaurantes que ponen un gran café,  pero si que es una cosa que me pasa varias veces a lo largo del año, y no suelo comer todos los días fuera de casa.
 
Además en este punto estas vendido como cliente, te pregunta si quieres un café y cómo lo quieres, pero no puedes elegir el café que ponen en tu mesa en el restaurante.
Tu en tu casa eliges el café que tomas de mayor o menor calidad,  tu lo eliges tú en la tienda y si te has decidido por uno más barato y de peor calidad apechugas con la consecuencia.
 
Pero en un restaurante esta decisión es cien por cien del responsable del local.
Esto supone al Hostelero en una responsabilidad enorme por que el que elige el café es él, y si el café que elige, o que después prepara es de mala calidad, la culpa para el cliente es cien por cien suya.

¿Por qué ocurre?  ¿en que piensa algún hostelero para que esto ocurra con el café que sirve en su restaurante?

Cierto es que el café no es la parte fundamental de la cuenta que un hostelero presenta al cliente.
 
Tampoco del coste que le supone hacer la comida y servirla, incluso si pensamos en su justo beneficio.
 
 
¿Creen de verdad esos hosteleros que ofrecer un café mediocre, cuando no malo cono ganas, le sale a cuenta sabiendo que somos muchos los que amamos el café y que con esto están estropeando nuestra experiencia de cliente que en otros tantos aspectos se han esforzado en que fuera positiva?
 
Es una pena para ese restaurante, que hace prácticamente todo bien, encontrarse con la decisión de mi amigo Manuel de no volver por el restaurante.
 
Moraleja para el restaurante, no estropees todo tu trabajo con un detalle final como el del café que le puede arruinar una fantastica experiencia para tu cliente.
Alguna vez te ha pasado algo similar. 
 
Qué opinas de la calidad media del café en estos establecimientos.
 
Gracias por llegara hasta aquí y que os acompañe siempre un gran café.

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