La leyenda Negra del Café

Granos de café  en molino antiguo

El café es tan malo como lo pintan

Durante generaciones se ha tratado al café muy duramente tratado  instalándose en la sociedad una idea de que el café puede ser peligroso.
Estudio tras estudio científico esta leyenda negra ha ido decayendo por que resulta que el café no es tan fiero como algunos nos lo pintaban.

Por Internet podéis leer todo tipo de comentarios sobre el café, muchos de ellos basados en estudios de Universidades Extranjeras, presuntamente  de gran prestigio, que en muchas ocasiones nadie conoce. 

En otras ocasiones, existen estudios más serios de universidades prestigiosas, que no suelen estar destinados al café sino sobre los efectos de la cafeína  en el cuerpo humano, cantidades de cafeína que en algunas ocasiones  poco o nada tiene que ver con el consumo real de café de la mayoría de las personas.
Por Internet algún post dice que cuatro tazas de café por día pueden provocar muerte súbita, y en el post de al lado que lejos de eso puedes alargar la vida una eneormidad, casí como si un pacto con el diablo al estilo Dorian Grey se tratase.
Para unos es fantástico para la próstata y para otros provoca hipertensión. 
 
Pero esto amigos se puede decir de casí cualquier alimento que tomamos, por lo tanto el café no es diferente a cualquier otra infusión o incluso alimento que tomamos los seres humanos. 
 
O acaso criminalizamos a un buen jamón por que sube la hipertensión, si eres hipertenso deberás de reducir su consumo o si el médico te lo recomienda, eliminarlo. Del mismo modo si te hace daño la cafeína deberas de estar a lo que diga el médico.
Pero vayamos a más he leído a algún exaltado afirma que el café hace alumbran una generación de niños alunados estilo la Carrie.
 
Con el café tenemos la gran ventaja de que tenemos descafeinados y cada vez de más calidad, por que los métodos de eliminar la cafeína han evolucionado, y obtienen descafeinados con los que se puede disfrutar.
En este batiburrillo se mezclan opiniones científicas, con opiniones seudocientíficas, y autenticas leyendas urbanas que campan a sus anchas por la red.
 
La prensa de la buena salud se contradice con sus articulos sobre la infusión: ¿el café es bueno? ¿O es malo?  según el gusto de la persona que hace el post.
 
Incluso se ha llegado a decir que el café engorda. 
 
No señores el café apenas aporta calorías, 2 por taza, pero si le añades azúcar, nata, o cualquier otro elemento la cosa cambia.
Si tu  razonamiento  es que si te metes entre pecho y espalda un primer plato, un segundo  bien aderezados de vino, y te tomas el postre, y lo que te engorda es el café que te tomas al final de la comida te estás equivocando.
 
O si pides un café con leche condensada y nata, te lo toma no te equivoques lo que menos en gorda en es café.
 
Que culpa tiene el café que te lo tomes con nata, leche entera, dos sobres de azúcar, etc. El café de una mesa de desayuno será probablemente el elemento que menos engorde de todos los que tienes sobre ella.
 
El café  aporta 2 kcal a tu dieta por taza.

El café tiene la leyenda negra sobre él desde hace unos siglos.

La iglesia no  se fiaba mucho en el café.

El origen de esta mala prensa se remonta a muy antiguo, tenemos datos al menos de esta polémica desde finales del siglo XVI , concretamente al año 1600, cuando el papa Clemente VII bautizó el café para quitarle,  a esta infusión el  oscura, caliente y estimulante, su aura demoníaca.
 
La iglesia no miraba con buenos ojos a esta bebida negra, que se tomaba caliente e estimulante, que claro está a la iglesia del momento le parecía altamente sospechosa por que además provenía del mundo musulman.  
La bebida del diablo La Iglesia combatió sobre todo la costumbre de ir a las “tiendas de café” porque las veía como lugares de perdición. 
Se intentó prohibir la costumbre, pero el entonces pontífice Clemente VII quiso probar la “bebida del diablo” antes de condenarla.
Le gustó tanto que impartió una bendición inmediata bautizándola como “bebida cristiana”.
Suponemos que el bueno del Papa Clemente VII conoció las propiedades estimulantes y facilitadoras del pensamiento que tenía la bebida, y me gusta pensar que  acabo como un buen consumidor de café, como muchos de nosotros.
 

El mundo islámico tubo menor resistencia al café. 

Fueron precisamente los árabes (entorno al año 1000 d. C.) los que estendieron la costubre de moler el café tras haberlo tostado y añadirle agua caliente para obtener la bebida que conocemos hoy.
El café ocupó un lugar de honor en la cultura islámica, ya que en los países árabes estaban prohibidos (y todavía lo está) el alcohol y cualquier sustancia que embriagase. 
 
El café se asociaba a un estado de lucidez mental, hasta el punto que su consumo se disparó y no tenía contraindicación alguna. 
 
De hecho, es aquí donde surgieron los primeros locales públicos en los que se consumía café, si entre muchas otras cosas los Arabes inventaron las cafeterías.
 
En el pasado, en Turquía, país poco sospechoso de feminismo, si un hombre prohibía a su mujer beber café, ésta podía solicitar la separación por ‘causa justa’; no obstante, el problema no se daba, ya que eran los mismos hombres quienes incentivaban el consumo de café por parte de las mujeres, convencidos de que facilitaba el parto. 

La percepción del café tiene más que ver con lo cultural en muchas ocasiones, que con estudios científicos contrastados.

El café de desayuno en el norte de europa

Pero esta percepción del café como una bebida peligrosa o perniciosa duro mucho en la mentalidad europea.

Creo que en cierta forma aun perdura en el tiempo, y pese a que el café estaba muy extendido existieron muchos a los que la bebida les parecía peligrosas y le sigue pareciendo perniciosa. 
 
A mediados del siglo XVIII, el rey Gustavo III de Suecia estaba decidido a demostrar que el café era puro veneno. 
 
Debemos de reconocer que el rey ear aun persona culta, aunque con una desarrollada querencia por la monarquía absoluta.
 
El Rey afirmaba que el café que era  una libación del Hades que había ascendido a la superficie para corromper a los hombres buenos.
 
Que dicho así no debió de ser entendido por el pueblo sueco que lejos de ser los que menos café toman del mundo se han situado  en el lado contrario de la balanza, siendo uno de los pueblos que de media más café consumen en un año por habitante.
 
  • Los que más café consumen son los finlandeses (12 kilogramos por persona al año)
  • Seguidos de los noruegos (casi 10 kg por persona),.
  • Los suecos en un respetable tercer puesto con 8,4 kg año.  
 
En Italia, a pesar de la fama de esta bebida caliente, se consumen "solo" 5,9 kg por persona al año, algo menos que en Alemania (6,4 kg).
 
España ocupa el puesto 19 en el ranking mundial, con un consumo de 4,5 kilogramos de café por persona cada doce meses.
 
En el puesto 20 se sitúa Estados Unidos (4,1 kilogramos por persona) que les da para tomarse al menos un café al día, eso sí de café americano.
 
Claro que visto el resultado de lo que el Rey Gustavo III creía una condena a muerte segura a un asesino convicto no es de estañar la reacción del pueblo sueco.
 
Ordeno nada más y nada menos que bebiera café hasta morir, como una manera cruel de expiación y como un experimento práctico: ya se discutía sobre sus efectos divinos o diabólicos sobre la salud y, inspirado en un método cientificista.
 
El rey Gustavo III, al que no se le escapaba una, ordeno también exigió que otro preso gemelo del anterior y condenado a muerte al igual que esté sólo bebiera té, como sujeto de control, y que dos médicos de la Corte supervisaran la prueba para comprobar cuál de los dos reclusos moría primero. 
 
Impecable planteamiento científico el del buen rey.
 
Aclarar que no debía conocer que teína y cafeína son el mismo principio activo.
¿Qué ocurrio con los presos, los médicos, y el rey?

Primero murieron los dos médicos encargados de controlar a los presos.

El monarca no advirtió que debía tener más prevenciones ante las intrigas de palacio que frente a los poderes maléficos de una inocente taza de café, lo mataron de un tiro por la espalda en 1792 en un contubernio político que llevaría mucho tiempo explicar.
 
Como conclusión de la historia tenemos que prevenir que como hemos dicho Gustavo III fue asesinado y sus médicos fallecieron por causas naturales, muchos años antes de que el preso bebedor de té exhalara el último suspiro, de manera pacífica a la corta edad de 83 años.
 
Lo sobrevivió el preso cafetero, que además siempre dispuso de una taza de café durante su condena, lo que entiendo que si no alivio la condena le ayudo a llevarla, sin duda.
Un par de siglos después Suecia se ubica entre los países que consumen más café en el mundo como hemos vistos. 
La parábola del rey todavía se comenta entre los súbditos más amantes de la historia, y todos los suecos, los amantes de la historia y los que no lo son, empiezan su día con un irrenunciable cuarto de litro de café de filtro, como  comprobarás nada más leas una novela negra situada en esos lares.

Resumiendo, que el café no es tan fiero como lo pintan, y que en un consumo moderado en personas sanas, no tiene contraindicación alguna.

Por cierto, tanto hablar de café me lleva a preparar una tacita de café para celebrar el cierre del post.
 
Y  a tí ¿qué te parece la leyenda negra del café? ¿Lo consideras una bebida peligrosa o una bendición divina?
 
Si te ha gustado el post compartelo.
 


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